Como educadora diferencial especializada en inclusión, Sandra Osorio dejó las aulas para apostar derechamente por el turismo. Compró un terreno en Curacautín, Región de la Araucanía, y planeó holgadamente su mudanza desde Santiago y la construcción de un complejo turístico con instalaciones para todas aquellas personas con algún tipo de discapacidad física o motora.